La noticia que emitiera la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal, en el sentido de que a partir del próximo ciclo escolar, en agosto, volverán a impartirse las materias de Ética y Civismo en las escuelas primarias del país, representa una decisión acertada, una sana medida ante la necesidad de preparar a mejores ciudadanos, desarrollar y fortalecer la identidad nacional y, sobre todo, fomentar que los niños se conduzcan con responsabilidad y apego a las normas de la convivencia civilizada, guarden respeto a los símbolos patrios y tengan más nociones generales de las disposiciones más importantes de las constituciones estatales y la Carta Magna federal.
Después de 25 años de estar ausentes ambos rubros en los programas escolares, su reincorporación da la oportunidad a los maestros de enseñar a niños y jóvenes el respeto a las diversas formas de pensamiento, ya que la pluralidad ideológica conlleva una cultura de la paz y, por ende, el freno y erradicación de la violencia.Asimismo, la acción pretende fomentar valores como el respeto a los maestros, a los padres de familia y también visualizar la democracia como una forma de vida permanente, no una moda pasajera o simple coyuntura política.
Congratulándonos por esta decisión de la SEP, tendiente a crear o reforzar conciencia entre el alumnado de educación básica sobre el sentido de los valores cívicos y morales, pensamos que esta decisión debería abarcar también, en el marco de la lucha frontal contra el narcotráfico, otros rubros básicos, prioritarios, torales, como es el caso de la prevención de las adicciones, recientemente aprobada, el pasado 21 de febrero, en el Senado de la República.
Los representantes de la Cámara Alta establecieron una modificación a la Ley General de Educación, específicamente a la fracción X del Artículo 7 de la citada ordenanza, para alentar la instrumentación de programas alternos para combatir el flagelo del vicio por sustancias tóxicas.La iniciativa de ley, planteada por el senador yucateco Alfredo Rodríguez y Pacheco y aprobada virtualmente por unanimidad, obliga a la SEP a impartir a sus alumnos contenidos sobre adicciones, como drogas, alcohol y tabaco, fomentando el conocimiento de sus causas, riesgos y consecuencias, lo que debería ser aprovechado por la SEP para incluirla también como materia curricular (Prevención contra las Adicciones) en agosto, junto con Ética y Civismo, mediante programas de estudio acordes al nivel de madurez intelectual de los alumnos.
Todo es cuestión de la voluntad que muestre la dependencia y el Ejecutivo Federal para establecer la medida y precisar desde y hasta qué grado de estudios sería conveniente impartirla. Aún quedan varios meses para que las autoridades correspondientes mediten sobre esta humilde propuesta y pongan en marcha las adecuaciones legales para que pudiera concretarse.Esto constituiría una estrategia más en la lucha del Estado y la sociedad contra el azote del narcotráfico; bajo otro ángulo, desde la perspectiva de la profilaxis social; del recurso de la prevención de los vicios a través del conocimiento de la niñez y la juventud mexicanas de los riesgos que implica el con- sumo de sustancias tóxicas que dañan de manera irreversible la calidad de vida de miles de personas en la entidad, la República y el mundo, en general, derivando casi siempre en hechos delictivos lamentables.No sólo con acciones policíacas se combate a la delincuencia común o al crimen organizado, existen otras vías como ésa que sugerimos en bien del futuro de las actuales y futuras generaciones.— Mérida, Yucatán
Después de 25 años de estar ausentes ambos rubros en los programas escolares, su reincorporación da la oportunidad a los maestros de enseñar a niños y jóvenes el respeto a las diversas formas de pensamiento, ya que la pluralidad ideológica conlleva una cultura de la paz y, por ende, el freno y erradicación de la violencia.Asimismo, la acción pretende fomentar valores como el respeto a los maestros, a los padres de familia y también visualizar la democracia como una forma de vida permanente, no una moda pasajera o simple coyuntura política.
Congratulándonos por esta decisión de la SEP, tendiente a crear o reforzar conciencia entre el alumnado de educación básica sobre el sentido de los valores cívicos y morales, pensamos que esta decisión debería abarcar también, en el marco de la lucha frontal contra el narcotráfico, otros rubros básicos, prioritarios, torales, como es el caso de la prevención de las adicciones, recientemente aprobada, el pasado 21 de febrero, en el Senado de la República.
Los representantes de la Cámara Alta establecieron una modificación a la Ley General de Educación, específicamente a la fracción X del Artículo 7 de la citada ordenanza, para alentar la instrumentación de programas alternos para combatir el flagelo del vicio por sustancias tóxicas.La iniciativa de ley, planteada por el senador yucateco Alfredo Rodríguez y Pacheco y aprobada virtualmente por unanimidad, obliga a la SEP a impartir a sus alumnos contenidos sobre adicciones, como drogas, alcohol y tabaco, fomentando el conocimiento de sus causas, riesgos y consecuencias, lo que debería ser aprovechado por la SEP para incluirla también como materia curricular (Prevención contra las Adicciones) en agosto, junto con Ética y Civismo, mediante programas de estudio acordes al nivel de madurez intelectual de los alumnos.
Todo es cuestión de la voluntad que muestre la dependencia y el Ejecutivo Federal para establecer la medida y precisar desde y hasta qué grado de estudios sería conveniente impartirla. Aún quedan varios meses para que las autoridades correspondientes mediten sobre esta humilde propuesta y pongan en marcha las adecuaciones legales para que pudiera concretarse.Esto constituiría una estrategia más en la lucha del Estado y la sociedad contra el azote del narcotráfico; bajo otro ángulo, desde la perspectiva de la profilaxis social; del recurso de la prevención de los vicios a través del conocimiento de la niñez y la juventud mexicanas de los riesgos que implica el con- sumo de sustancias tóxicas que dañan de manera irreversible la calidad de vida de miles de personas en la entidad, la República y el mundo, en general, derivando casi siempre en hechos delictivos lamentables.No sólo con acciones policíacas se combate a la delincuencia común o al crimen organizado, existen otras vías como ésa que sugerimos en bien del futuro de las actuales y futuras generaciones.— Mérida, Yucatán
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